Matona e insolente SGAE
Las costumbres y maneras propias de la SGAE son por todos recordadas, asemejándose peligrosamente a ciertas organizaciones amedrentadoras archiconocidas. Pero no me deja de sorprender el desparpajo con el que actúan, como sientiendose por encima del bien y del mal, quizás saben que alguien les respalda y les guarda las espaldas.
Hace unas semanas la Asociación de Internautas denunció a la SGAE por la indebida utilización de sus fondos incluidos los obtenidos a través del dichoso canon. Pues bien acto seguido, procediendo como los peores matones de barrio, la SGAE presentó sendas demandas contra la AI y demás organizaciones que se atrevieron a denunciarles. Esta actitud es muy frecuente en esta inocente sociedad de defensa de los autores, y tal es su soberbia que incluso se permiten amenazar al PP y al PSOE porque se les ocurrió tener la osadía de contradecirles. Amenazan y se meten sin tapujos en la vida política de España, algo que ya hacían de manera velada. Yo me pregunto ¿que coño se han creído esta gente? ¿se creen que pueden ir amedrentando incluso a nuestros posibles gobernantes? Y es que se sienten fuertes mientras unos les enfrentan otros siguen al dictado sus caprichos engordando un engendro que empieza a volverse realmente insolente. Quizás no sea tarde para disolver a la SGAE pero habría que preguntarse quienes son los responsables que permitieron que se convirtiera en un poder fáctico incontrolable y peligroso para nuestra libertad. Empezaron con derechos aparentemente menores pero como predije han terminado chantajeando a políticos y amenazando las libertades.
Aun recuerdo cuando en la Moncloa se recibió a una representación de autores pidiendo que defendieran sus derechos, todavía estoy esperando que ocurra lo mismo conmigo un ciudadano que también reclama sus derechos pues soy de igual condición que esos artistuchos, un español. Como no voy a tener esa suerte por lo menos pido que tenga la decencia de recibir a la AI para que también se nos escuche y podamos defendernos de los que nos parasitan. Ante los chantajes y amenazas de estos insolentes matones sólo se puede actuar de una manera, enfrentándoles, así que este navío les hará a partir de ahora el fuego más vivo que se pueda, sólo espero que otros valientes se unan a la refriega. ¡Hay que pararles los pies YA!